Es la primera vez que escribo en un blog. Un hecho que seguramente recordaré con el paso del tiempo y sobre todo, sobre el tema que plasmo en estas líneas: cómo las redes sociales están sirviendo no sólo para potenciar una marca o un producto, sino para ayudar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Este es el caso de la Policía Nacional Española, @policía, que se ha convertido en el segundo cuerpo policial del mundo, sólo por detrás del FBI, con número de seguidores en Twitter. Ya ha llegado a los 600.000 followers.
Un hecho que ha convertido a la red social de los 140 caracteres en el lugar perfecto para que cualquier ciudadano aporte datos o pistas para iniciar investigaciones. ¿Y todavía nos preguntamos si se puede estar al margen de las redes sociales o si tienen éxito o fracaso? Esta claro que mal usadas pueden dar cobijo a actividades ilícitas, pero "los buenos" también se han puesto las pilas en estos temas y luchan contra ellos en un universo cibernético en el que jugamos todos consiguiendo importantes resultados.
Una colaboración ciudadana, término tan de moda hoy en día, que se ha hecho visible en campañas tan destacadas como #contralatrata, por la cual se ha conseguido desarticular una red de explotación sexual en Barcelona o parar la difusión por Internet de vídeos sexuales de menores gracias a la alerta privada de tuiteros. Nunca fue tan rápido y sencillo ponerse en contacto con la policía.
Al igual que cuando éramos pequeños nos enseñaban que no debíamos hablar con desconocidos que se nos acercaran en la calle, los que tienen malas intenciones pueden estar ahora al otro lado de la pantalla.
Por eso, la lucha de la Policía ha traspasado las pantallas de ordenadores y teléfonos móviles, organizando un concurso para frenar el ciberacoso gracias a la selección de los seis mejores tuits recibidos. El premio: invitar a los autores a un entrenamiento de la policía.
Vida online y offline unidas para colaborar y concienciar.
Así que, ¿éxito o fracaso? Yo, al menos, lo tengo claro: todo un acierto.
Éxito, sin duda. Y de los grandes. Una cuenta que no sigue a nadie pero que escucha a todos.
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